Mis Libros

viernes, 10 de junio de 2011

Perversión 33

Ese fue un San Valentín sangriento, le llegó su primera menstruación. 

Cuento de terror ante la mercadotecnia del 14 de febrero y los osos de peluche


Perversión 32

Ellos se sentían, a pesar de la distancia podían casi olerse, algunas veces llegaban a intuirse: parecía que eran el uno para el otro. 
Un día quedaron de verse olvidando que ambos eran ciegos. 

Óptica retrospectiva sobre la necedad del amor


Perversión 31



Ella sentía a su alrededor los brazos fuertes, al mismo tiempo sus pezones golpeteaban contra los músculos planos de sus pectorales. Se movía divino, adelante - atrás, en círculos, en ochos: su vientre se deleitaba con el impulso delantero que propinaban sus bien formadas nalgas. De pronto hizo una pausa: 
- ¡Te amo! -dijo jadeante y bañado en sudor, a punto del éxtasis. 
- ¡No mames, Cállate! Y síguete moviendo! -ordenó sensual, poniendo su dedo índice sobre sus labios. 

Publicidad espectacular vengativa sobre la misoginia de la cosificación de lo femenino

Perversión 30

- ¡Es inútil pedirte fidelidad! -exclamó triste, enojado, y enamoradísimo, mientras ponía sobre el buró dos billetes de quinientos pesos. 

Verdad látex de color amarillo chillante sobre el respeto de una mujer que vive de la verga


domingo, 29 de agosto de 2010

Perversión 29


Sólo de esta manera puedo entender que las mujeres sean de Venus y los hombres de Marte.


Realidad hipersexuada de un título alienado e innentendible

Perversión 28



¡Crash!

Él se volcaba en amor por ella y terminó en la morgue.


Letrero luminoso y de bajo perfil versado en el amor mata

Perversión 27



- ¡No, no soy gay, maricón, puto, joto o como lo digan! -gritó enojado bajándose los calzones mientras se empinaba.


Pleonasmo rosa eléctrico sobre la afirmación de la doble negación

Perversión 26



Cabizbajo, se dio cuenta que era muy, muy pero muy impotente.


Lanzamiento de cartucho para famosa consola de juegos y de habilidad preferencial:

"El grande, el ancho y el funcional".

Perversión 25


Ella despertó y estaba hasta el pito, sonriendo sin dejar de moverse preguntó:

- ¿Quién chingados eres tú?

Él, estúpido, sólo sonreía.


Cruda realidad del sexo animal o la reafirmación del lema: "el hombre sólo puede pensar con una cabeza"

Perversión 24



Él sólo recordaba aquello que no quería olvidar, y olvidaba lo olvidado. Ella sólo lo recordaba a él: ¡Y los dos eran felices!


Pastelillo dual sabor a vainilla y de relleno cremosito sobre la misoginia del olvido

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